Sobre Hombres como médanos
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Una narradora atípica.
Clarín, Leopoldo Brizuela
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(…) las mayores virtudes de su prosa: el rigor intelectual, la ductilidad para plegarse al habla y los sentimientos de los personajes y, sobre todo, la precisión con que representa la acción, siempre elemento medular, nunca pretexto para el análisis o la efusión lírica.
(…) Al igual que en el Julio Cortázar de Bestiario –sutil pero frecuentemente homenajeado en este libro- o sus antecesores Poe o Saki, en FM hay una preocupación por el cuento como “artefacto” como maquinaria cuya eficiencia se mide por la tensión sin fisuras del entramado narrativo, por la capacidad de atraer al lector y llevarlo hasta un clímax sorpresivo, un propósito que casi todos sus relatos consiguen, de manera a menudo virtuosa. (…) La mayoría de sus personajes  son mujeres de clase media ilustrada y sus vivencias –vinculadas con conflictos familiares o afectivos- no son nada “extraordinarias”, es cierto, pero tampoco son mínimas, en tanto la narradora y los personajes se esfuerzan por analizarlas a la luz de grandes teorías, y por convertirlas en puertas de acceso a una cosmovisión cada vez más enriquecida. De esas dos tradiciones provienen también las mayores virtudes de su prosa: el rigor intelectual, la ductilidad para plegarse al habla y los sentimientos de los personajes y, sobre todo, la precisión con que representa la acción, siempre elemento medular, nunca pretexto para el análisis o la efusión lírica.(…)

 
 
 
Todos los derechos reservados, 2011. Inés Fernández Moreno.